Francisco Brines (Oliva, Valencia, 1932) recibe el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana por su obra Para quemar la noche, una antología editada y seleccionada por Francisco Bautista, que incorpora además tres poemas inéditos.
Francisco Brines se engloba en la poesía posterior a 1936, dentro de la llamada Generación del 50, que tantos nombres ha recibido: Generación del medio siglo, Niños de la Guerra, Generación alcohólica, Promoción del 55, etc
Por lo menos un poema. Puedes ver algunos más en
Amediavoz.
Con quién haré el amor
En este vaso de ginebra bebo
los tapiados minutos de la noche,
la aridez de la música, y el ácido
deseo de la carne. Sólo existe,
donde el hielo se ausenta, cristalino
licor y miedo de la soledad.
Esta noche no habrá la mercenaria
compañía, ni gestos de aparente
calor en un tibio deseo. Lejos
está mi casa hoy, llegaré a ella
en la desierta luz de madrugada,
desnudaré mi cuerpo, y en las sombras
he de yacer con el estéril tiempo.
Vuelve la hora feliz. Y es que no hay nada
sino la luz que cae en la ciudad
antes de irse la tarde,
el silencio en la casa y, sin pasado
ni tampoco futuro, yo.
Mi carne, que ha vivido en el tiempo
y lo sabe en cenizas, no ha ardido aún
hasta la consunción de la propia ceniza,
y estoy en paz con todo lo que olvido
y agradezco olvidar.
En paz también con todo lo que amé
y que quiero olvidado.
Volvió la hora feliz.
Que arribe al menos
al puerto iluminado de la noche.