Por Elsa:

Miércoles 24 de abril, primer día de sol en Parma después de 4 días de lluvia. Menos mal porque justamente nos  tocaba visitar un instituto de Parma y la idea era ir andando.

El instituto llamado Bertolucci (http://liceoattiliobertolucci.it/) , en homenaje ¿al director Bernardo Bertolucci? Pues no, sino a su padre el difunto poeta Attilio Bertolucci cuya existencia, he de reconocer, desconocía.

Desde fuera el instituto pinta bien. Se ve limpio, nuevo y efectivamente, su director nos confirma que el “Liceo” se abrió hace solo 5 años, en septiembre del 2008. Es un Liceo de unos 750 alumnos y 45 profesores (quitando los de música).

El liceo no solo es “scientifico”  (es el cuarto instituto  abierto en Parma)  sino  también musicale lo que equivale, más o menos, a nuestro conservatorio.  Cabe destacar entre sus diversos propósitos el de apostar fuerte por las TICS en la enseñanza impartida lo que conlleva, como lo veremos más adelante, unas dotaciones en cuanto a tecnología me refiero ¡para morirse de envidia!

Después de entrevistarnos brevemente con el director, nos propuso que asistiéramos a unas clases en función de las especialidades de cada uno. El francés no siendo una asignatura impartido en este Liceo, me propusieron asistir a una clase de lengua italiana. Me apresuré a aceptar la propuesta.

Me llevaron entonces a una clase de alumnos de 1 de bachillerato. Nada más entrar, se levantaron para saludarme y me acogió una profesora, Silvia Fontana, con una sonrisa de oreja a oreja. Dejó  pendiente lo que estaban haciendo en la pizarra digital y me presentó  a los alumnos en italiano. Me encontraron un sitio y Silvia animó a sus alumnos a que me fuesen comentando qué uso hacían de las nuevas tecnologías en sus clases. Entonces, empecé  a ilusionarme. De entrada, hicieron  hincapié en el hecho de que cada aula está dotada de una pizarra digital y por ello muchos profesores, por no decir todos,  trabajan con Google drive (parecido a google docs pero con una ventaja adicional: accesibles también cuando no se tiene acceso a Internet) y así ,desde la propia aplicación, los profesores comparten archivos con los alumnos pudiendo determinar los permisos que tendrá cada uno y si será posible que solo vean la información o también que la editen. Además me comentaron  que también usaban, google sites y google calendar  y que por ello,  la mayoría de los alumnos tenía una cuenta gmail.

Luego me enseñaron unos videos hechos por ellos en el marco de un proyecto/concurso  llamado “voltapagina”para el fomento de la lectura. Cada alumno ha de presentar un libro que la ha gustado mediante un montaje  “book tráiler”como si fuese un tráiler de película. Lo cuelgan en el Youtube y la biblioteca de Parma en su propia página propone unos enlaces a estos (http://www.biblioteche.comune.parma.it/civica/it-IT/I-Booktrailer-degli-studenti-del-Liceo-Bertolucci.aspx).  La gente tiene la posibilidad ha de votar con vista a que uno gane y de hacerse una idea más visual del contenido del libro.

He aquí unos ejemplos:

http://www.youtube.com/user/BertoluccieCivica

Silvia hizo hincapié en el hecho de que se había dado ninguna formación en cuanto al uso de las TICS a los alumnos y que lo normal era que el alumno que mejor se desenvolviera  con ellas  echara  una mano a sus compañeros.

El acceso a estos videos se hizo por medio de la página internet del centro y aprovecharon la ocasión por enseñarme breve pero claramente   otro proyecto llevado a cabo en el Liceo llamado “Cross Medial”  que requerían del uso de las TICS:  el blog del Liceo,  el periódico del Liceo, el Facebook del Liceo,  el canal you tuve del Liceo, el twiter del Liceo,las publicaciones multimedias etc….y que se pueden consultar desde la propia página del Liceo.

Además,  Silvia me comentó que cada alumno tenía que fichar al entrar y al salir del Liceo con su tarjeta.

Total salí de esta clase maravillada, alucinada, fascinada y hasta conmovida al ver tantas destrezas por parte de los alumnos y el provecho de las TICS que sacaba dicha  docente en su docente. Me juré y perjuré que, en la medida de lo posible, en adelante intentaría trabajar con todas las herramientas que me presentaron.  Desde luego, en  aquel momento mi estado de satisfacción rozaba el 100%  y tuve que abofetearme para asegurarme que no estaba soñando, que lo que acaba de presenciar era verdad.

Luego, recapacitando, mi grado de satisfacción seguía  muy alto pero era obvio que lo que acaba de ver no solía ser lo normal sino que este instituto paradisiaco  era un caso aparte.