Crónica de nuestra Segunda Visita a Parma contada por Pilar Salazar Dutrús.

Día 5 de noviembre 2.013
Parecía que nunca llegaba, pero al final nos reunimos todos en el aeropuerto, a las cuatro, cuatro y diez, creíamos que todos éramos los primeros, Loli y yo llegamos casi las ultimas, faltaba solo Mónica con toda su familia.
Llegamos  puntuales, empezábamos bien, tranquilas dispuestas a trabajar y sobre todo a pasar cinco días en buen ambiente.
Al meter las maletas Pilar comenta entre risa que sus n.e.e. eran evidentes porque le han subrayado y repetido a donde debería dirigirse, nuestra n.e.e. se han repetido en todo el viaje: mi t.g.d. por fijarme en las telarañas italianas y su t.g.d. haN servido de risas durante todo el viaje .

Nos hicieron quitar los zapatos a todas, era el preámbulo del día en Pistoia.
Nos tomamos algo después de que toda la familia de Mónica se despidiese de nosotros, nos sentamos, Pilar nos invita  a tomar algo, empieza el reportaje gráfico, el italiano que estaba en la mesa de al lado se ofrece o se lo ofrezco yo a que nos haga la primera foto de grupo, dice que es fotógrafo profesional y no nos cobra nada, se puso, posó….nos reímos, Goya se pinta sus labios…
Loli y Carolina nos invitan a agua, vamos a buscarla las tres, problemas, la tarjeta, el dinero ….jaleo. Termina bien.
Gracias a las tres.

Mariano no factura, nos mira en silencio, se ríe entre dientes y nos acompaña con su serenidad todo el viaje.
El avión despega y comento si estará por allí el “fotógrafo profesional”, justo en ese momento aparece detrás de nosotras, sentado en la misma fila de Pilar, todas fuimos a saludarla, no sé si pensaría en el fotógrafo, “es T.G.D.”...
La noche, el cansancio, la novedad nos iba aplanado... todo el camino hasta Parma, en dos coches, semi en silencio, contemplando la noche y la falta de iluminación de las autopistas milanesas.
Llegamos a Parma, era noche cerrada, esa ciudad de la región de Emilia-Romaña con su arquitectura medieval y sus grandes parques y bosques ¡Nos quedó tanto por ver!
Reparto de habitaciones el primer chasco, me dan la primera a mí la habitación y en italiano fluido me dice que la pague… Primer susto de la noche. Risas con los números de las habitaciones, con los pisos… las risas vuelven a comenzar.

Vamos al Hotel ROMEO Y JULIETA; es para los actores del teatro que está al lado. Habitación grande con colores llamativos en las puertas y el suelo, con su cama grande y decorado con fotos de escenas de obras de teatro, sin persianas, me despertaba con las primeras luces de la mañana.

El miércoles no hubo que madrugar como excepción, descansé….. me levanté temprano para ver la ciudad despertándose y con las mamás llevando a sus hijos al cole en bici y buscar sitio para desayunar, llego hasta la Plaza  de Garibaldi donde se instalaron en 1829 unos relojes de sol, hago fotos, centrando la plaza una escultura de Botero, muchas bicis, sosiego, niebla, sin prisas… reloj curioso con pinturas permanentes de la hora oficial y solar, silencio, paz…

La calle principal con soportales, cafeterías coquetas, tiendas con escaparates preciosos y bicicletas con niños que iban al colegio con sus mamas…y edificios bajos de diferentes colores, con su "amarillo parmesano" según Giacomo.

Primeras impresiones de una ciudad recién conocida.
Empezamos, el primer encuentro juntos, el primer desayuno juntos... Loli y Mónica las dos con sus abrigos blancos se pierden, desaparecen hablando y viendo una tienda de chocolates, salgo no las encuentro... todo queda en nada.

Descubro una iglesia pequeña con frescos en techos, paredes… con columnas de mármol,  bonita circular, Loli paga un euro y se ilumina, las fotos proliferan… nos fuimos y seguía todo encendido, maravilloso.
 

Aparece Giacomo en bici y nos pasea y nos ilustra por un Parma otoñal entre casas y chalecitos… llegamos al instituto tecnológico Attilio Bertolucci en Parma.

Nos dividen en clases, unos por un pasillo, otros por otros, a Mónica y a mí nos toca una clase de Física: gráficas sobre la temperatura y  la presión en italiano, media hora de pizarra digital de gráficos… con chicos de 17 años, silencio, respeto, se ponen en casi todas las clases de pie al entrar nosotros. Al salir nos perdimos un poco pero nadie se enteró y entre risas llegamos.

Después el presidente, el director del centro nos da una pequeña explicación en su pizarra digital su lápiz no funciona, abre las piernas, se pone en posturas arrítmicas y sigue apretando su lápiz digital , al final la tiza y la pizarra nos sacan del apuro; su vestimenta, sus gafas, sus posturas nos sirvió de risas continua, empezamos a buscar la chispa a la vida , ya no la dejamos hasta Madrid.

Comimos fetuccinis, la novedad,  y antes antipasto, embutidos, por la noche otra vez embutidos y fetuccinis, a veces relleno de verduras, otras de calabaza… Empezaba la cosa a repetirse, buenas, educadas, buenas comensales, adaptadas, sonrisas. Por la noche hubo también ñoquis con salsa de tomate.

Después de comer, deprisa porque llegábamos tarde, cruzamos Parma, vemos el parque de la paz con su guerrillero con metralleta en mano, antes en otro parque una pequeña escultura muy venerada, estaba llena de flores, creo que era un Papa.

Empiezan las primeras exposiciones, de nuestros centros, del AMPA, quienes somos, que pretendemos este curso, su colaboración. ¡¡ Al final en italiano y en español!!
Las risas comienzan, los sueños de la siesta  también… Loli de repente baja el tono, Ana vocaliza silaba a silaba…..¿Os enterais? pregunta Ana y contestan Loli y Mónica, vuelven las risas cuando lo recordamos…

Llegamos a acuerdos, salen voluntarias para participar con nosotras, con Raquel, pidieron los correos….

Por la tarde vienen las italianas a cenar, explican anécdotas e historia de Parma, nos hablan de los que han dejado el proyecto…..y también de las películas de Almodóvar, había una maestra italiana forofa de nuestro director español.
 

La noche llega, volvemos entre risas al hotel 15 minutos que a la vuelta nos parecían eternos, atravesamos el rio Parma, divide la ciudad en dos partes muy distintas, me quedé sin el reloj de la antigua estación, cansada.

Nos reíamos  de cualquier anécdota ocurrida durante el dia, sacamos “punta” a todo….¿Harían ellas lo mismo con nosotras?