Los juglares entretenían al público con espectáculos muy variados basados en la danza, magia, títeres, música, canto… Algunos se especializaron en contar las hazañas de los heroicos guerreros en verso que se denominaban cantares de gesta.

 Informaban con hechos históricos y geográficos muy concretos sobre las guerras más importantes de la Edad Media, de ahí que los cantares de gesta castellanos resulten tan realistas.

 Memorizaban estos largos poemas épicos y los recitaban con algún instrumento y valiéndose de la mímica. Estas obras presentan un estilo con rasgos lingüísticos propios del habla e irregularidad métrica. No se ajustaban a estrofas fijas; cada grupo de versos en los que dividían los cantares se denomina tirada (puede haber tiradas de unos pocos versos y otras de cientos).

 Asimismo, introducían modificaciones en sus relatos para adaptarlos al gusto del público o por simples fallos de memoria. Cada juglar aportaba sus propias variantes; estos poemas al final, resultan obras anónimas, ya que no se puede atribuir la autoría a ninguno de ellos en particular.