Resumen
“Macberianos es un proyecto de centro que implica a gran parte de la comunidad educativa: profesores, alumnos, familias... Ha ido creciendo hasta convertirse en una actividad que aglutina el trabajo de mucha gente entusiasmada por el teatro y el trabajo en equipo. Engloba muchas disciplinas que van más allá de la interpretación. El teatro sirve para transformar socialmente a las personas, y por supuesto a los alumnos".
Fernando Sánchez Calvo y Maribel Fernández-Velilla Sáenz son docentes del IES Narcís Monturiol, de Parla, y desde el 2014 codirigen la compañía de teatro escolar Macberianos.
Fernando es profesor de Lengua y Literatura en el IES Narcís Monturiol, de Parla. Tiene formación actoral y fue director y dramaturgo de La compañía “La Jarandinopla” con la que estrenó textos propios en salas alternativas de Madrid como Lagrada o La Usina. Es escritor de novela y relato corto y en 2023 publicó su obra teatral Carmen "Para que lo demás gire", cuyo estreno se dio con la compañía del IES Narcís Monturiol.
Maribel es profesora de Lengua y Literatura del IES Narcís Monturiol, de Parla. Antes de ser profesora trabajó en el mundo editorial. En el 2014 se unió al proyecto de teatro del centro.
Ha sido todo un placer que Fernando y Maribel hayan compartido su experiencia con la revista, y esperemos que sus palabras sirvan de inspiración a toda la comunidad educativa.
Entrevistas
Teatro. Innovación educativa.
Fernando Sánchez Calvo y Maribel Fernández-Velilla Sáenz
Codirectores de la compañía de teatro escolar Macberianos del IES Narcís Monturiol de Parla (Madrid)Las respuestas de esta entrevista están respondidas de forma conjunta por los coordinadores del proyecto Fernando y Maribel.
P. La creación de la compañía de teatro escolar Macberianos se fundó en el 2011 dirigida por Fernando Sánchez, pero desde el 2014, con la llegada de Maribel Fernández-Velilla, es cuando se ha convertido en un proyecto de centro coordinado por ambos. Contadnos un poco, ¿cómo surgió la idea de llevar el teatro al ámbito educativo? ¿En qué consiste el proyecto MACBERIANOS? ¿De dónde procede su denominación?
R: La idea de llevar el teatro al ámbito educativo está muy vinculada con la tradición de Teatro en Parla, muy respaldada por su Ayuntamiento, donde prácticamente todos los institutos del municipio se enfrascan en el montaje de una obra a principios de curso hasta que se estrena en primavera. La motivación en ese sentido es obvia. Lo demás viene sólo, el teatro es una obsesión, una pasión que sólo con vivirla ya la transmites al alumnado. Y hay que tener en cuenta además que un alumno se pasa seis horas sentado, escuchando en su pupitre. Aunque sea por necesidad física, tiene que irse al otro extremo en algún momento, tiene que ponerse de pie y querer hablar, tener algo que contar. Si además luego conviertes la participación de la Muestra en una pequeña gira por municipios cercanos como Leganés, Fuenlabrada, Torrejón o el mismo Madrid, en la que chicos de 16 años ven actuar a sus compañeros sobre el escenario, consigues que los alumnos alcancen una gran autoestima y es un aliciente para ir al instituto.El nombre del proyecto Macberianos se le ocurrió a los primeros alumnos que hicieron teatro en el curso 2011-2012. Procede de la tragedia Macbeth, de Shakespeare, del que curiosamente nunca hemos llevado una obra al escenario. Tenemos fama de “intensos”, de jugárnosla con textos que, a priori, no son para alumnos de su edad. Hemos montado Las brujas de Salem, Luces de bohemia, Las uvas de la ira, Incendios….
Macberianos es un proyecto de centro que implica a gran parte de la comunidad educativa: profesores, alumnos, familias... Ha ido creciendo hasta convertirse en una actividad que aglutina el trabajo de mucha gente entusiasmada por el teatro y el trabajo en equipo.
P. Uno de los aspectos fundamentales para liderar un proyecto es la formación del profesorado implicado. ¿Qué tipo de formación necesitáis adquirir para trabajar el teatro en un centro educativo?
R: En realidad no hay ninguna formación específica. En este grupo se produce un acercamiento al teatro de manera muy natural e intuitiva. Además, el teatro engloba muchas disciplinas que van más allá de la interpretación. Cada uno puede aportar su conocimiento o habilidades en música, diseño, escenografía, peluquería y maquillaje...
P. En relación con el impacto del proyecto en vuestro centro, el IES Narcís Monturiol de Parla, ¿cuántos docentes y alumnos participan en la compañía de teatro Macberianos desde sus inicios hasta la actualidad?¿Cuáles son las claves para conseguir una mayor implicación y motivación del profesorado en la puesta en marcha de este tipo de proyectos?
R: Esta es la decimotercera temporada. Aproximadamente cada curso participan 15 profesores y alrededor de 20 alumnos. Y no sólo está el profesorado que se implica directamente con la promoción, la escenografía, la interpretación, la música, la caracterización…Todo el mundo en el IES Narcís Monturiol pregunta cómo va el montaje, qué obra vamos a hacer este año, qué alumnas van a participar…El primero, el director hasta la fecha, Lorenzo de la Plaza Escudero, quien siempre ha mostrado, él y su equipo, un apoyo incondicional.
P. En vuestra opinión, para llevar a cabo una compañía de teatro en un centro educativo, ¿con qué tipo de alumnado se puede llevar el teatro al aula? ¿Qué impacto directo tiene en relación con la mejora de la convivencia y en la mejora de los resultados académicos de los alumnos?
R: Se puede hacer teatro con cualquier alumno que tenga compromiso. No hay condicionantes académicos, económicos o sociales. Esto es una actividad extraescolar en la que 15 docentes nos quedamos martes y jueves de 15:00 a 19:00 durante todo el curso. El alumnado acude de manera libre, sin pensar en una nota. Con estos condicionantes, sólo tienes que trabajar con pasión durante ocho meses en busca de la belleza, que al fin y al cabo es lo que se busca con cualquier actividad artística.
Respecto a la mejora de la convivencia, no se puede explicar, hay que verlo. El tópico de que una compañía teatral es una familia, se cumple más que nunca aquí.
En cuanto a los resultados académicos, se puede pensar que el teatro no debería influir ni para bien ni para mal en dichos resultados, es tiempo de ocio para el alumno. Pero queremos pensar que el teatro ayuda al alumnado a organizar mejor su agenda, por supuesto, en la memorización y comprensión lectora, en el trabajo en equipo y todas aquellas competencias que en el mundo docente conocemos.
P. ¿Qué beneficios aportan la implementación de este tipo de proyecto en los centros educativos? ¿Cuáles son las principales dificultades que pueden encontrar los docentes a la hora de poner en marcha este proyecto?
R: El alumnado se siente alguien dentro del centro. Siente que cuando actúa en el teatro de su municipio o de un pueblo vecino está representando al IES Narcís Monturiol. Se convierten en embajadores de su instituto.
Respecto a las dificultades, son ajenas al teatro. Tienen que ver con la carga de horas lectivas y otros asuntos que hacen difícil poner en marcha un proyecto como este dentro de la jornada escolar. Otra dificultad es tratar de compensar, de alguna manera, el trabajo que realizan muchas personas de forma desinteresada y absolutamente generosa.
P. ¿Cómo surgen los temas para elaborar una pieza teatral? ¿Qué metodología utilizáis en Macberianos para desarrollar un trabajo teatral? ¿Qué recursos son necesarios a nivel de centro para la implementación de una compañía de teatro?
R: Como metodología, elegimos una obra durante el verano cuyos temas y valores puedan pegar a una sociedad moderna (desde Sufragistas, basada en la lucha de todas aquellas mujeres que pelearon por el voto femenino en la Inglaterra de principios del siglo XX, hasta Las brujas de Salem, donde John Proctor lucha contra el fanatismo religioso). Después nos reunimos con el equipo de profesores, repartimos tareas, recibimos a los actores y nos ponemos a trabajar. Fernando marcando desde dentro más la parte de interpretación y Maribel desde fuera, con más perspectiva (el dibujo de la escena, el ritmo de la obra, el equilibrio entre escenografía, vestuario y atrezo…).
Necesitaríamos muchísimos más recursos. Más teatros y espacios donde poder actuar, más subvenciones para compra de atrezo, vestuario, escenografía,… Aunque nosotros nos declaramos unos seguidores natos del “teatro pobre”, es decir, de saber reciclar elementos que nadie quiere (cajas, neumáticos gastados, viejos taburetes) y darles dicha utilidad y belleza en el escenario.
En cuanto a los temas, siempre nos movemos por uno común y universal, la defensa del individuo y su libertad contra una sociedad que no acepta o no suele aceptar al diferente. Eso es Proyecto Laramie, nuestra última pieza y con la que ganamos el Certamen de Teatro Escolar de la Comunidad de Madrid, que trata de un joven que en 1998 es asesinado en EEUU por dos chicos de su misma edad por el mero hecho de ser homosexual. Y en esa línea van todas nuestras obras.
P. Desde 2014 habéis conseguido ganar cuatro veces el Certamen de teatro escolar de la Comunidad de Madrid y otras tantas el premio a la Mejor Dirección, la última, este pasado curso 23-24 con Proyecto Laramie, pieza de teatro documental sobre el asesinato en 1998 del joven estadounidense Matthew Shepard por su condición homosexual. ¿Cuáles consideráis que son las claves del éxito conseguido?
R: En el caso de Proyecto Laramie tocó un tema muy actual y muy cercano a ellos, el rechazo hacia un colectivo que, a día de hoy, tiene que sufrir todavía vejaciones, humillaciones y cuya evolución nos debe preocupar a todos. Y luego, dedicarle muchas horas para conseguir un resultado óptimo. Y también, por supuesto, el apoyo de profesores, equipo directivo y familias. Y, en primer término, desde luego, las actrices y actores.
Por mucho que un profesor se apasione, se involucre, si los actores no viven el proyecto como “el último proyecto”, te quedas a medias.
P. En 2021 llegasteis a alzaros con el Premio Nacional de Teatro Escolar con los ya desaparecidos Premios Buero de Teatro Joven, en los que el grupo llegó a actuar en la Sala Verde de los Teatros del Canal. ¿Qué ha supuesto para el centro haber sido ganadores de este premio? ¿Qué impacto ha tenido para el alumnado y el profesorado?¿Qué podéis transmitirnos después de vivir esta experiencia?
R: Recordamos perfectamente que ese montaje no se ensayó durante un curso sino durante dos debido a la pandemia. Estuvimos ensayando dos cursos académicos Las uvas de la ira, de John Steinbeck, esa gran novela que nosotros mismos adaptamos y que aborda el problema de los migrantes y el rechazo que provocan en los nuevos destinos a los que llegan.
El primer curso, cortado por el Covid, llegamos a ensayar por Zoom desde casa. Y en el segundo curso, muchas de las actrices y actores estaban ya fuera del instituto, estudiando sus carreras o ciclos, y tuvieron que hacer un gran esfuerzo para compaginar su nueva actividad con los horarios del centro. Empezamos a ensayar esa obra en septiembre de 2019 y su gira acabó en octubre de 2021. Ese montaje, como bien has dicho, no sólo ganó el Primer Premio de la CAM sino que también se alzó con el Premio Nacional de Teatro Escolar, los ya desaparecidos Premios Buero de Teatro Joven, que ojalá vuelvan a resucitarlos. El premio fue actuar nada más ni nada menos que en los Teatros del Canal, un teatro profesional. Familias, profesores, amigos, compañeros de otros centros fueron a ver la obra. Ese día los chicos se sintieron actores y actrices profesionales y recibieron un gran cariño y reconocimiento por parte de su ciudad, Parla. De hecho, hasta dieron el pregón de sus fiestas.
Y en el camino hacia ese final ese montaje tuvo 13 funciones, todas ellas con mascarilla salvo la última, en los mismos Teatros del Canal: era junio del 2021 y las restricciones empezaban a ser más laxas pero hasta el mismo día de la actuación no sabíamos si íbamos a actuar con mascarilla o no. Aquella misma mañana, a las 7:00, una empresa nos llamó para comunicarnos que todos habíamos dado negativo en el test (si hubiese dado algún actor positivo tendríamos que haber buscado un sustituto en tan solo doce horas). Y el momento de euforia final fue cuando el regidor de la Sala Verde nos comunicó que íbamos a actuar sin mascarilla: actrices y actores empezaron a saltar como locos, a abrazarse. Lloramos de alegría, por ellos, porque apostaron por un montaje que estuvo a punto de cancelarse por el Covid hasta tres veces, pero ellos decidieron seguir adelante. El mérito fue absolutamente suyo.
A día de hoy lloramos cuando lo recordamos tres años después. Para nosotros fue un montaje muy, muy emocionante.
P. Independientemente de los éxitos y premios conseguidos estos últimos años, ¿cuáles son vuestras principales expectativas para la compañía Macberianos?
R: Dar cabida a la mayor cantidad posible de actrices y actores, sabiendo que no puedes trabajar lamentablemente con 40 alumnos de golpe. Preferimos trabajar con 15-20 cada curso y si alguno no ha podido entrar, decirle que llegará su momento. Y llega. Y después, la ilusa expectativa de
creer que el teatro sirve para transformar socialmente a las personas, y por supuesto a los alumnos. No sólo por los contenidos que trates en una obra, sino por el compromiso adquirido dentro del grupo.
P. ¿Qué consejos transmitirías a aquellos docentes que quieran poner en marcha el teatro en su centro?
R:
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Lo primero, que busquen un equipo directivo y una comunidad educativa que los apoye, eso es fundamental.
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En segundo lugar, que impliquen a parte del profesorado dentro del proyecto. Y a las familias.
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En tercer lugar, que nunca monten una obra solos, pues todo es muy bonito cuando empiezas en septiembre pero, cuando llega el invierno y estás en un gimnasio o salón de actos tú con 15 chavales un lunes de enero a las 18:00 en lugar de estar con tu familia, se hace duro y desde luego se lleva mucho mejor si hay tres o cuatro compañeros de profesión a tu lado. Como todo proceso, hay momentos de euforia y de bajón, en los que piensas que no llegas a lo deseado, y ahí es muy necesaria la compañía, el calor humano. Puedes irte un día a casa pensando que el ensayo no ha valido para nada, pero si lo dicen cuatro profesores suena menos grave y seguro que al día siguiente se ve de otra manera.
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Y por último, y aunque parezca mentira o no, hay que decirlo: esto no está pagado. Literalmente. No está remunerado. No lo hagáis por dinero porque, de momento, para el teatro extraescolar, no lo hay. Hacedlo por las razones que buenamente tengáis cada uno.
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Revista Digital EducaMadrid
Fecha de publicación: 30 de septiembre de 2024