SALIMOS HACIA TALLÍN

Es 25 de septiembre y son las 4:00h de la mañana. Hemos quedado en la puerta a la terminal. Allí nos vamos a reunir con las familias y nos despediremos de ellos ya que, por el Covid solo pueden entrar las personas que viajan. Después de abrazos, achuchones y algunos nervios, nos ponemos en la larga cola que hay para facturar, ¡y eso que hemos llegado con más de 2 horas de antelación! Las niñas están nerviosas y aunque es muy temprano, están más habladoras que nunca.

Después de pasar seguridad, nos vamos a paso ligero hacia la puerta de embarque. Llegamos al avión y de la emoción no pueden dormirse. Empezamos a conocernos…

Al llegar a nuestra escala en Amsterdam coincidimos con los profes y los niños holandeses: 2 niños y 2 niñas: Dylan, Hugo, Lima y Malene.

Llegada a Tallín. Recogida de maletas, ¡faltan dos! Damos los datos y lo solucionaron en un par de días. Cogimos el tranvía y llegamos al centro de la ciudad donde estamos alojados y caminamos hacia un hotel que parecía un laberinto, ¡a las niñas les encantó y enseguida lo descubrieron! Un paseo por Tallín, ir conociendo a nuestros colegas holandeses y enseguida conocer al profe de Austria y a las niñas que iban con él. Cenamos en un restaurante estonio medieval donde el ambiente era muy pintoresco y la comida ¡también!

¡Uf, qué día más largo! Nos vamos a dormir.

VISITANDO TALLÍN

Hemos descansado todas bien. Julia y Verónica están esperando su maleta pero mientras llega las amigas de Julia se han encargado de que no le falte nada. Lo mismo le ha pasado a Verónica. ¡Así da gusto!

      

Después de un buen desayuno, damos un buen paseo por Tallín y conocemos un poco el centro de la ciudad. Un tentempié tamaño gigante y nos vamos preparando para coger el autobús que nos lleva a la 4º ciudad más grande de Estonia, se llama Parnu y está a media hora en autobús del colegio anfitrión.

LLEGADA A PARNU

El viaje de Tallín a Parnu no se hace largo y nos viene bien para descansar un poco. Al llegar nos están esperando algunos profes del cole de Lindi y nos llevan al hotel. Las niñas ya tenían pensado cómo iban a distribuirse para dormir. Dejamos el equipaje y nos fuimos a un restaurante en una playa del Mar Báltico donde cenamos todos juntos. Las profes de Malta acaban de llegar y ya las hemos conocido. Esta vez vienen sin niños porque las normas de su país no les permiten viajar con ellos por el Coronavirus.

  

LINDI SKOOL

Hemos madrugado para llegar pronto al colegio de Lindi. Es un colegio nuevo y no muy grande. Al llegar tenemos que quitarnos los zapatos y dejarlos en la entrada. Nos ponemos unas zapatillas para “andar por el cole” o nos quedamos en calcetines porque el suelo está calentito. Nos llevan a hacer un tour por el cole, niños por un lado y profes por otro. Visitamos algunas clases y nos enseñaron cómo trabajan en el aula. Dejando a un lado que son menos de la mitad en cada aula, ¡tampoco es tan diferente cómo trabajan en este cole de Estonia! Sobre las 11 comemos y al principio se hace un poco raro pero enseguida nos acostumbramos. Por cierto, ¡qué rica está la comida de nuestro colegio!

  

Hemos pasado tres tardes en casa de varias familias estonias y hemos hecho muchas actividades con ellos. También fuimos a visitar un colegio que tiene un museo, a pescar con caña y a diseccionar los peces que pescamos, a dar un paseo por un bosque precioso, visitamos un centro-museo de ciencias con actividades para niños.

También vino la hija de una profesora del colegio a hablarnos sobre su trabajo que consiste en adiestrar perros para que tiren de trineos en Noruega. Los perros eran muy tranquilitos y una de ellos era sorda. Vino un cantante de Letonia a darnos un concierto y cantaba igual que Ed Sheeran… Y, como en su gimnasio tienen todo lo necesario para hacer "jumping", nos colgamos con arneses y lo probamos.

        

El día de la despedida, hicieron un pequeño concierto en el colegio y cantaron su himno. Después de esto cogimos el autobús hacia Tallín donde llegamos justo para dar el último paseo, hacer algunas compras y descansar un poco en el hotel, ya que teníamos que estar en el aeropuerto a las 4 de la mañana otra vez.

REGRESO A MADRID

Al final llegamos a Madrid con un poco de pena por haber dejado a nuestros nuevos amigos y por haber terminado la experiencia pero con muchas ganas de llegar a casita y ver a nuestras familias. ¡Ha sido una experiencia estupenda!

  

Gracias al colegio de Lindi y sus profes y alumnos, a los compañeros de viaje, a los organizadores y al colegio El Peralejo por brindarnos esta estupenda experiencia.

¡Animaos y participad porque esta experiencia ocurre una vez en la vida!

VÍDEOS DE LA EXPERIENCIA

Vídeo del viaje:

Vídeo de la entrevista a las alumnas: